lunes, 21 de marzo de 2011

Sensaciones de Sicilia

Sensaciones de intensidad, de caos, de vida, de placeres, de grandes comidas.

Este es un viaje que es preferible hacer en 10 días, pero nosotros solo contábamos con 4, en realidad 3, entre aviones y escalas. Así que elegimos visitar 2 zonas de templos, callejear por pueblos pequeños y saborear  lo máximo posible su riquísima gastronomía.
Hicimos el recorrido de norte-oeste-sur-este-norte. De todos los rincones que he visto, me quedaría un fin de semana en Erice, Ragusa y Siracusa. Fueron los lugares con más encanto que vimos. A pesar de que el primero lo vimos con neblina, saber que desde allí se puede ver el Etna y la costa de Tunez, da una idea de su ubicación. Por supuesto que también cada uno de los templos merecen una visita.
Allí nos fuimos mi sobrino Xavi y yo para visitar a Yese, una sobrina que está disfrutando de un Erasmus en Messina, ella nos serviría de guía en algunas zonas y de una buena copiloto.

Este fue nuestro diario:

Día 17 de marzo. Palermo-Segeste-Erice
Erice
Llegamos a las 15.30 h a Palermo y tras alquilar un coche con Easyrent nos fuimos a buscar a mi sobrina a la estación de tren y vaya caos de tráfico! Como leímos que el Templo de Segesta cerraba 1 hora antes del anochecer y en Sicilia a las 7 es noche, nos fuimos rápidamente hacia allí, pero como es muy relativo lo de este horario… pues estaba cerrado a pesar de que era de día. Nos marchamos a Erice y ya llegamos de noche, aún así y a pesar de la niebla nos pareció increíble, con aire de misterio.
Erice es un pueblo todo adoquinado situado en una colina (751 m) al lado del mar con una gran muralla, catedral, castillo y un montón de iglesias. En días despejado dicen que se ve el Etna y Túnez.
Para dormir vinimos a un pueblo que está de camino entre Trapani y Erice, a 10 km y con unos precios mucho más bajos que en Erice, en el Vía Enrico, antiguo convento y con habitaciones enormes.
Si mañana vemos que arriba está despejado, volveremos a subir, sino, iremos a Segenta de nuevo, de camino a Agricorte.

Día 18 de marzo. Erice – Segesta – Agrigento – Ragussa
Templo de Segesta
Volvimos a subir a Erice y seguía igual, muchísima neblina, no se veía a 20 m. Bajamos por la otra ladera y fuimos a dar a Trapani, una ciudad turística que no pisamos, solo le sacamos una foto desde la montaña.
Nuestro siguiente destino era el Templo de Segesta otra vez. Está a unos 25 minutos de Trapani y nos queda de camino para Agrigento. Realmente es muy bonito y te traslada a épocas remotas, ya que al lado del templo hay un anfiteatro muy bien rehabilitado y conservado y los restos arqueológicos de un antiguo poblado. El Templo no fue acabado y sobre este hecho hemos leído varias teorías.
Valle de los Templos, Agrigento
Terminada la visita nos dirigimos al Valle de los Templos, en Agrigento, un conjunto de 8 templos entre ruinas de altares, tumbas y casas. Realmente fascinante. La entrada cuesta 11 € pero merece la pena ya que es una zona muy amplia donde puedes pasar varias horas imaginándote lo que sería aquello en el 520 ac, año de la edificación del primer templo (más fotos en la sección de imágenes).
Después de comernos unos bocadillos y cuando justo acabamos de dar un paseo por todo el recinto nos empezó a llover, así que la vuelta fue más bien rápida hasta el coche. Nuestra próxima parada era Ragusa y nos quedaban cerca de 200 km por delante, eso sí, rodeados de plantaciones de olivos, naranjos y limoneros.
Ragusa
Nada más llegar nos cautivó. Sus calles estrechas y casas de dos plantas con bacones nos parecieron con mucho encanto, pero en cuanto nos dirigimos a la Ragusa Ibla, en la parte baja, nos quedamos enamorados.
Esta villa fue colonia griega y luego romana pero el terremoto de 1693 hizo que tuviera un declive económico y se trasladaron a la ciudad nueva.  Por eso ahora te encuentras con dos poblaciones,
Su laberinto de calles está lleno de edificios barrocos y de otros estilos con un encanto desvencijado. Perderse por su calles en la noche es una opción muy buena y tranquila. Posiblemente no te encuentres con nadie a partir de las 7 de la tarde. Cené unos ravioles rellenos de ricotta con pasta de habas muy buenos acompañados de un vino de la casa que no tenía desperdicio.


Día 19 de marzo. Ragussa – Noto – Siracusa – Taormina – Mesinna
Ragusa Ible
Salimos por la mañana temprano dirección Siracusa con la intención de hacer una corta parada en Noto, considerada la población barroca más bella de Sicilia y creada tras el terremoto. Primero habíamos ido hasta Noto Antiqua, que queda a 10 km, pero creo que no merece la pena. Solo se ve alguna ruina en medio de una zona ajardinada con meredeneros.
Cuando llegamos a Noto, no me resultó con demasiado encanto, es muy bonita y recomendable de visitar, con muchos rincones bonitos pero después de ver Ragussa, creo que me dejó enamorada y era difícil de superar.
Después de una visita rápida nos marchamos a Siracusa, previo paso por las ruinas del Palacio de Dionisio y pago de 4 € puedo decir que no lo volvería a hacer, lo bueno son las vistas de Siracusa y la isla de Ortigia.
Noto
La isla está unida por dos puentes y es otro de los lugares que me ha cautivado, al igual que las otras, lo mejor es perderse por sus calles y degustar su gastronomía. Una visita al Duomo es imprescindible, es curioso ver dentro las columnas de lo que en su día fue un Templo.
Después de una comida a base de bufet de diferentes especialidades sicilianas y otro paseo por la isla, nos ponemos rumbo a Taormina, pueblo super turístico aunque supongo que, sin gente, es un lugar muy bonito. Lo mejor es la vista del Etna nevado por un lado y el mar cristalino por el otro.
Es un lugar muy pequeño y que recorres en una hora (sin entrar en comercios) así que nos fuimos de vuelta al coche para llegar a Messina, nuestro último destino.
Siracusa

Taormina

Mesinna
Esta es una gran ciudad con poco que ver, aunque merece realmente la pena su catedral, la más bonita que llegué a visitar en la isla y según diversas guías, aparte de esta, la otra visita obligada es el Museo Regionale, al que no fuimos.
La idea era ir a la catedral, a la casa consistorial y las vistas desde un mirador. Ésta es nuestra última noche, que la hacíamos en casa de mi sobrina, una de las integrantes de este superviaje!

Día 20 de marzo. Messina – Palermo
Salimos temprano para intentar llegar a Palermo y tener tiempo de ver la catedral antes de ir al aeropuerto, pero aunque llegamos con tiempo, el atasco que había un domingo a las 10 de la mañana nos hizo desistir. Fue terrible, miles de coches por todas partes intentándose hacer un hueco en  cualquier rincón. Por desgracia, nos vamos de Sicilia sin visitar la catedral más bonita.
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