Hoy ha sido un día raro… la verdad es que no empezó muy bien… Tras anoche darme cuenta de que había perdido mi chaqueta, me dio un pequeño bajón, ya que necesitaba una para ir a Nueva Zelanda y tal y como tenía los horarios estaba muy complicado tener tiempo para comprar una. Así que bueno, con algo de bajón me fui a esperar al taxi y al sentarme en la acera mi pantalón se rompió… en fin, al llegar al puerto ya me cambiaría… otro pequeño incidente. Tenía que dejar la mochila en una taquilla, pero es de estas que solo puedes abrir una vez… y resulta que me había olvidado de dejar el ordenador y unas cuantas cosas de peso más… así que toda cargada me voy a esperar al primer ferry a la puerta que me había dicho la chica sin fijarme que la puerta de justo al lado estaba a punto de cerrar y fue cuando se me dio por preguntar si ese era el ferry, y sí, lo era. Corrí y le pedí por favor al capitán… pero nada, solo un “sorry madan”, así que tuve que esperar 45 minutos al siguiente.
Con este panorama de pequeños incidentes que se sumaban a los días anteriores, ya tenía miedo de alejarme mucho e inluso de hacer una ruta, ya temía lo peor!. Aún así no me desanimé y me “arriesgúé” a hacer la ruta que atraviesa la isla hasta la playa de la herradura. En la ruta no me encontré con nadie y puedo decir que no es nada del otro mundo, el tipo de bosque es pino con matorral, vamos, algo bastante común en mi zona. Es una isla tranquila, con calas bonitas y un turismo algo más maduro. Antes de lo previsto, regresé al ferry, por si acaso lo volvía a perder y decidí irme cuanto antes al aeropuerto, por si acaso…
Tanto la ciudad como la isla son lugares tranquilos, bonitos, pero nada destacables. Tal vez están bien para descansar del turismo y estar tranquilos unos días.
Para no variar, el vuelo salió con retraso, así que estuve unas 3 horas en un pequeño aeropuerto sin libros y sin ordenador… Menos mal que tenía el móvil con juegos… aunque no podía abusar ya que no podía quedarme sin batería (no tenía el cargador conmigo)…
Al llegar al aeropuerto cogí el tren para Katoomba, un pueblo en el parque nacional Blue Mountain, donde me estaban esperando mis primos para pasar el fin de semana. Ellos ya me traían los libros, cargadores, adaptadores…. y me sorprendieron al alquilar una casa muy bonita donde tenía una habitación entera para mí!!!