Por la mañana temprano salimos para Sydney y lo primero que me sorprendió fue la cantidad de tráfico que había para ser un domingo. Parece ser que aquí abren los comercios en domingo y al hacer buen tiempo, pues entre turistas y residentes, pues estaban todos en la calle.
No tenía muchas expectativas sobre la ciudad ya que siempre leí y escuché que hay poco más del Opera House, pero no, hay mucho más, hay edificios preciosos por todos lados, es una ciudad muy ecléptica, muy viva, me gustó mucho. Empezamos por ir a Nely (?), al norte y que tiene una de las mejores playas de la zona y que estaba repleta de surfistas, después de comer fuimos al Opera House y que me resultó más pequeño de lo que me imaginaba. Lo que si me impresionó fue el puente, es enorme!. Hicimos un paseo en ferry por la bahía y donde se pueden ver enormes casas coloniales y una zona que intuyo de mucho dinero. El paseo está muy bien para hacerte una idea general de la ciudad, tiene edificios modernos muy chulos y hace un contraste bonito. Luego fuimos a ver la ciudad desde lo alto, desde la torre y vimos el atardecer, muy bonito la verdad. Es caro pero las vistas son preciosas.
Yo creo que sí que merece la pena estar un día más fuera del circuito turístico, tiene rincones bonitos y una mezcla increíble de nacionalidades.
Después de haber cenado muchísimo… nos fuimos al hotel-apartamento que mis primos habían reservado, estaba genial y encima, céntrico. Esta ha sido mi última noche en Australia en este viaje… El día ha estado genial para un buen final de viaje!
Gracias Tina, gracias Mark.